El empleo y los espacios de trabajo están mutando. Y lo mismo está sucediendo con las nociones que tenemos sobre ellos. Se piensa que en los próximos 20 años seremos testigos de grandes cambios en el mundo laboral.

Algunos de los más destacados son los que mencionamos a continuación

Creciente automatización: un número cada vez mayor de trabajos puede desaparecer en un futuro cercano, o pasar a ser realizado por máquinas y computadoras. Si bien esto no es algo malo en sí mismo, ya que permite evitar que las personas realicen tareas peligrosas o repetitivas, la pregunta que nos hacemos es que sucederá con la fuerza de trabajo no calificada a fin de evitar el desempleo crónico.

Microempresas y auto-empleo: cada vez más personas en todo el mundo se están volcando al auto-empleo. De hecho, existen alrededor de 1.2 millones de microempresas en el mundo y aproximadamente 564.000 empresas se constituyen de 4 personas o menos.

Según el Banco Mundial, el 24% de las personas que trabajan en América Latina lo hacen de manera independiente y casi el 5% son empleadores.

Esta situación es positiva, especialmente si tenemos en cuenta que el mundo está cambiando más rápido que nunca y este tipo de negocios se adaptan más velozmente al cambio. Incluso hay empresas pequeñas o emprendedores que se asocian para llevar adelante proyectos y, una vez logrado el objetivo, vuelven a su tamaño original.

Estas cuestionas hacen que muchos pensadores estén empezando a predecir la muerte de las corporaciones gigantescas.

Las indemnizaciones se están convirtiendo en una especie de empleo entre trabajos. Las personas están comenzando a utilizar las indemnizaciones como un medio para capacitarse y planear su próximo movimiento.

La vida laboral será más larga: dado el menor crecimiento de la población económicamente activa, los expertos analizan la posibilidad de hacer que las personas permanezcan en la fuerza laboral por más tiempo o de incrementar la población económicamente activa mediante la inmigración. Además las necesidades de ingresos económicos de las poblaciones envejecidas son y serán una cuestión que plantea numerosos desafíos.

Balance vida – trabajo: podemos estar ante los inicios de una verdadera reflexión sobre este tema, que incluya cuestiones como trabajo, tiempo de ocio, y vínculos con otras personas.

Cambio continuo: las estructuras organizacionales evolucionan y muchos empleados deben estar trabajando constantemente en el desarrollo de nuevos proyectos e ideas. Por ende, el cambio debe ser considerado como una cuestión clave y fundamental en cualquier organización.

Múltiples empleos: un gran número de trabajadores tienen muchos trabajos al mismo tiempo. Aunque en primera instancia no lo parezca, esta situación puede ser positiva, ya que brinda variedad a las personas. Además, existen momentos en que las economías no pueden hacer frente a la demanda de puestos full-time. Los empleos múltiples pueden ser una alternativa.

Oficina móvil: gracias a la tecnología, una gran número de personas puede trabajar desde una amplia variedad de lugares: cafeterías y bares, desde el hogar, aeropuertos, mientras están viajando de un lugar a otro, etc. La oficina clásica ya no es más la regla y esto es una tendencia que continuará desarrollándose.

Fuente: The Australian