México, ¿bastan el talento y el esfuerzo?
02, diciembreUna columna de opinión de Sonia Serrano Íñiguez en NTR Guadalajara, abre un interrogante muy interesante acerca de la formación y la movilidad social en México. La autora se ...
De acuerdo a la OIT (2014), México cuenta con mayores niveles de informalidad que el promedio de países en América ...
De acuerdo a la OIT (2014), México cuenta con mayores niveles de informalidad que el promedio de países en América Latina. La paradoja es que en este país la informalidad ha funcionado como válvula de escape al desempleo y a la pobreza, pero es también la causa de múltiples problemas económicos y sociales.
Algunos de estos problemas son los que se describen a continuación:
Si bien el estado mexicano está trabajando para reducir la informalidad, los esfuerzos realizados son aislados. En otras palabras, es una problemática que no ocupa un lugar central en la agenda pública del país. Los programas federales y locales no están unificados y esto se traduce en resultados magros.
Una política nacional de formalización que privilegiara la eficacia podría integrar los programas hoy dispersos, incluir objetivos y estrategias orientadas para incentivar la formalidad en el largo plazo, y medir el desempeño del esfuerzo en el corto, mediano y largo plazo en vista de realizar ajustes para acelerar la velocidad de los procesos. Además, dicha estrategia de transición hacia la formalidad podría también incorporar, sin temor, programas novedosos acordes con realidades y problemáticas nuevas, como es el caso de la vinculación que existe entre informalidad y fenómenos como la migración o los grupos de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Si observamos lo que sucede en otros países de la región, se han realizado intervenciones enfocándose en atender las problemáticas de las PyMEs, impulsar el cumplimiento de leyes fiscales y laborales, y extender la protección social al mayor número de habitantes.
América Latina cuenta con múltiples casos de éxito en la disminución de la informalidad. El caso de Chile es emblemático; su programa de sustitución de multas por capacitación a empleadores es una política innovadora que reduce las probabilidades de reincidencia de prácticas ilegales.
En otras latitudes, casos de articulación público privada de los servicios de empleo han generado grandes avances.
Sin dudas, combatir la informalidad debe ser tema de agenda para poder incrementar las oportunidades y generar mayor progreso social y económico.