La inteligencia artificial automatiza habilidades. Tal vez ChatGPT no pueda darnos todas las respuestas porque nos ...
La inteligencia artificial automatiza habilidades. Tal vez ChatGPT no pueda darnos todas las respuestas porque nos está obligando a cambiar las preguntas.
Por Martin Padulla para staffingamericalatina
El inicio de este año nos trajo a ChatGPT, un sistema de chat con inteligencia artificial que, a una velocidad increíble, ha logrado atraer usuarios y sorprendernos.
La empresa Open AI ha creado este sistema capaz de realizar tareas relacionadas con el lenguaje. Un sistema que va entrenándose a través de la interacción y a partir de esto, puede dar respuestas muy asertivas. En la mayoría de las respuestas supera el test de Turing; esto significa que el formato y la exactitud es tal, que hace difícil la distinción entre un texto producido por ChatGPT y otro producido por una persona
Hace muy pocos días Microsoft anunció una importante inversión en esta empresa que es parte del ecosistema de Generative IA, la inteligencia artificial que genera contenidos. Este sistema se lanzó en noviembre y su fácil accesibilidad logro que millones de personas en todo el Mundo ya estén usándolo. La potencialidad de un sistema que puede producir lenguaje humano y convertir frases en imágenes dependerá de la creatividad, el conocimiento y la capacidad de los usuarios. Lo que es claro es que esa colaboración de la que tanto hablábamos entre el humano y la inteligencia artificial hoy es una realidad en esta conversación con el ChatGPT. Se parece bastante a aquello de la Singularidad.
Es bastante sorprendente que sorprenda. Cuando un profesor de la Universidad de Lyon descubrió que los trabajos que había solicitado a sus estudiantes, los había producido ChatGPT, se encendieron las alarmas del mundo de la educación. Se podría decir que es la alarma ante lo nuevo, un estado de alerta ante la inminencia del cambio.
No es el primer factor exógeno que se introduce en la dinámica de la generación de conocimientos. Ocurrió cuando se integró la calculadora primero, la computadora después, Internet luego, los teléfonos móviles más recientemente y ahora, seguramente de manera muy rápida, se integrara ChatGPT. El verdadero cambio, el profundo, deberá enfocarse en las habilidades de los docentes, en la renovación de contenidos en la formación de ellos. ChatGPT obliga a generar conocimiento para quienes facilitan la generación de conocimientos. Si tomamos en cuenta que con cada interacción ChatGPT aprende, para el mundo de la educación se abren posibilidades infinitas. Nos está obligando a cambiar las preguntas, a reformularlas para poder aprovechar una herramienta fascinante.
Para el mundo del trabajo todavía es difícil vislumbrar los impactos; tal vez un primer indicador sea que la lista de trabajos que Chat GPT puede reemplazar fue confeccionada por el mismo ChatGPT al recibir la pregunta. Todos los estudios sobre los que se gastaron litros de tinta que auguraban que los trabajos rutinarios de baja calificación serían los primeros en ser reemplazados por la inteligencia artificial, hoy son interpelados por un sistema que pone en jaque justamente a quienes gastaron esa tinta. Existe un evidente para los trabajadores del conocimiento, para el arte, para todos aquellos que tienen en la palabra un insumo fundamental para desarrollar sus carreras.
Sin embargo, se abre una ventana muy interesante si comprendemos que se trata de una herramienta. Puede reemplazar a un periodista poco talentoso y puede hacer de un periodista talentoso un super periodista.
Desde el Fedro de Platón acusando a la escritura de pretender sustituir a la memoria humana, estas destrucciones creativas shumpetereanas han recibido acusaciones o ataques directos. Los ludditas, acaso, constituyan la representación histórica más conocida de estas posturas; sin embargo la evidencia empírica indica que la innovación crea trabajo poniendo en juego habilidades diferentes. Como a los docentes, a todos los trabajadores nos obliga a aprender a desaprender para reaprender con más y mejores recursos.
El denominador común para el mundo de la educación y el mundo del trabajo es la necesidad de flexibilidad, diversidad y libertad.
Ninguna de las tres variables es posible sin las otras. Los marcos regulatorios de nuestra región, más que nunca y con más urgencia que ayer, deben acompañar la revolución tecnológica
Tal vez los marcos regulatorios 4.0 se terminen redactando con mucha participación de ChatGPT a partir de sus interacciones con quienes todos los días construimos la realidad. Una realidad que pide a gritos diversas formas de adquisición de conocimientos y diversas formas de trabajar, con libertad y con derechos acordes al concepto del trabajo del siglo XXI
Pero, ¿para qué elucubrar tantas ideas?. Prefiero preguntarle directamente a ChatGPT.
Tal vez estemos ante una de tantas herramientas que vendrán para agregar cada vez más valor desde una perspectiva esencialmente humana. En contextos de libertad para elegir distintas maneras de adquirir habilidades para ponerlas en juego en diversas formas de trabajo
Prefiero poner foco en las mejores propuestas comerciales, el aumento de la productividad al escribir comunicaciones, las nuevas ideas de productos y servicios, el mejor contenido para promover lanzamientos, los nuevos chats para interactuar con clientes, las mejores capacitaciones e ideas, la mayor creatividad en redes y en cientos de miles de funcionalidades que pueden hacernos mejores trabajadores y mejores empresas. En los aportes que podemos hacer para construir sociedades más sostenibles.
“Elijo creer”, se decía en Argentina durante el último Mundial de fútbol, apelando a supuestas coincidencias creativas que auguraban éxito.
Creer, promover y difundir la idea de que siempre habrá algo que nos pondrá intelectualmente, espiritualmente o creativamente por encima de la tecnología. Creer en no perder el control ni confundirnos. En el pensamiento crítico y en la curación de contenidos. Nuestra limitada inteligencia será muy fácil de reproducir por la Generative IA, nuestra esencia será imposible.
¿Seremos capaces de ser tan profundos en el medio de tanta superficialidad?