Argentina – Según un informe especializado, actualmente sólo el Estado está creando empleo formal

15, octubre

Según un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) a partir de la salida de la ...

Según un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) a partir de la salida de la crisis del año 2002, el empleo privado experimentó un fuerte crecimiento; sin embargo ese crecimiento estuvo asociado a la licuación del salario real que produjo esa gran devaluación. Esta generación de empleo se fue debilitando hata la actualidad, llegando a una situación en la que prácticamente todo el empleo formal que se está generando es público

Desde IDESA plantean que “el empleo público improductivo e innecesario agrava los problemas, ya que aumenta el déficit fiscal y degrada la calidad del Estado”.

El informe plantea que, según datos oficiales sobre empleo asalariado registrado correspondiente al segundo trimestre de 2014, existe un crecimiento del 0,9 por ciento.

“Este promedio surge del fuerte aumento del empleo público (5 por ciento) y el estancamiento del empleo asalariado privado registrado (-0,1 por ciento). Así, se consolida en la primera mitad del año 2014 el estancamiento del empleo privado formal y el crecimiento basado exclusivamente en el empleo público”, dicen los voceros del Instituto.

Según IDESA “en una mirada coyuntural, el estancamiento del empleo privado formal aparece asociado al estancamiento en la actividad productiva”.

Según datos del Ministerio de Economía correspondientes al primer semestre de cada año muestran que “entre los años 2003 y 2008, el empleo privado registrado pasó de 3,6 a 5,8 millones de puestos de trabajo, o sea, creció a razón de 10 por ciento anual”.

Entre los años 2008 y 2012, el empleo privado registrado aumentó de 5,8 a 6,3 millones de puestos de trabajo, es decir, la tasa de variación cayó a 2 por ciento anual.

Pero entre los años 2012 y 2014, el empleo asalariado privado se mantuvo en 6,3 millones de puestos de trabajo con una tasa de crecimiento de apenas 0,3 por ciento anual.

De acuerdo a los autores del informe, ”los datos oficiales muestran que en los primeros cinco años, luego de la salida de la crisis, se crearon 2 millones de nuevos puestos privados formales, en los cuatro años siguientes se generaron medio millón de puestos formales, y en los últimos dos años prácticamente no hubo variación en la cantidad de empleos privados”.

“La evolución del empleo privado está ligada fundamentalmente al comportamiento del salario real y la bonanza internacional. En la primera etapa, la licuación del salario real producida por la mega devaluación del año 2002 y el fuerte aumento de los términos de intercambio externos fueron los motores del muy alto crecimiento en el empleo”, abundó.

A finales de la década pasada, la licuación del salario real desaparece pero los precios de las exportaciones siguieron siendo muy favorables, consideró el informe.

Remarcó que “a partir del año 2012, la capacidad de generación de empleos privados quedó condicionada por el nivel elevado de los salarios reales y los precios internacionales que dejaron de aumentar”.

En el año 2014, el salario real está cayendo producto de que la inflación es mayor a los aumentos nominales de las remuneraciones.

“Esto mitiga el ajuste en el empleo. Se trata de la principal diferencia entre la crisis actual con la de fines de la convertibilidad (2001). Bajo un régimen de convertibilidad, al no poder devaluar y por ende licuar salarios con inflación, el ajuste se canaliza casi exclusivamente en destrucción de empleo” agregaron desde IDESA.

“En la situación actual, por el contrario, la inflación y la devaluación llevan a un ajuste que combina disminución más atenuada del empleo privado con caída del salario real”, sostuvo el Idesa.

Frente al estancamiento del empleo privado, “expandir el empleo público improductivo no es un paliativo. Por un lado, porque profundiza el desequilibrio fiscal motorizando la inflación y el deterioro del salario real. Por el otro, porque nombrar gente en el sector público para satisfacer favores personales o alimentar la militancia degrada al Estado”.

“No se trata de posicionamientos ideológicos, sino simplemente de asumir que la falta de profesionalismo en el empleo público es el principal factor que cercena las posibilidades de construir un Estado que promueva el crecimiento con inclusión social”, concluyó.

Todas las herramientas tendientes a dinamizar el mercado laboral generando formalidad e inclusión social real son vitales para Argentina en este momento.