Por Martin Padulla para staffingamericalatina
Recientemente World Employment Confederation difundió los hallazgos de una investigación global que desarrolló junto a FT Longitude denominada The Work We Want
Tal como planteó Denis Pennel, Managing Director de WEC en el primer episodio, “El Trabajo que Queremos es un punto de partida para que gobiernos, empleadores y trabajadores aborden nuestra nueva realidad laboral y encuentren soluciones, de manera colectiva, para ofrecer mejores resultados en los mercados laborales para todos”.
La IA ha hecho que la agilidad sea innegociable, y el sector de las workforce solutions es crucial para ayudar a cubrir las brechas laborales y de habilidades provocadas por la digitalización aportando flexibilidad sostenible.
El relevamiento con los principales lideres del mercado laboral global ha puesto de manifiesto la urgencia para que los policymakers tomen conciencia de estos cambios en las preferencias de los trabajadores y aseguren que todas las oportunidades del mercado laboral moderno puedan ser accesibles para cada parte de la sociedad.
El 83% de los altos ejecutivos dice que, tras la pandemia, los empleados valoran tanto la flexibilidad en cuanto a dónde y cuándo trabajan como la compensación.
El 82% considera que la idea de que una persona siga una sola trayectoria profesional a lo largo de su vida ha desaparecido.
El 83% cree que es necesario crear conciencia sobre los diversos tipos de contratos laborales disponibles hoy en día y permitir que las personas elijan lo que más les convenga.
Los invito a ver todos los hallazgos en detalle de este estudio global dividido en 3 episodios, elaborado entre noviembre y diciembre del año pasado a 715 ejecutivos seniors (680 de compañías Forbes Global 2000 y 35 de organizaciones del sector público). Como complemento se hicieron entrevistas a senior business leaders y a expertos globales del planeamiento de talento y el futuro del trabajo.
Personalmente, y casi de manera automática, el estudio me llevó a reflexionar acerca del impacto de estos datos en nuestra región. Si bien la totalidad de los hallazgos impactan en la región; la complejidad de América Latina exige formularnos muchísimas preguntas adicionales
¿Qué trabajo queremos en América Latina? ¿Qué trabajo necesitamos? ¿Cómo es el trabajo que queremos? ¿Existe una única forma de trabajo que queremos y necesitamos? Tal vez haya que preguntarse antes como es la educación que queremos. ¿Cómo es la educación que necesitamos? ¿Cómo vamos a formarnos para los trabajos que queremos? ¿Quién nos va a formar durante toda la vida? ¿Cómo vamos a construir nuestras carreras laborales?
La educación y el trabajo son los factores más determinantes para la inclusión primero y para la movilidad social ascendente después. La cultura del trabajo se asocia a la idea de progreso y desarrollo.
Existen muchos futuros posibles. En el plano de lo que realmente existe cuando hablamos de futuros, encontramos ideas, conceptos. Como tales, los futuros no existen, se construyen. Lo que existe es lo que hacemos o lo que dejamos de hacer, las decisiones que tomamos y las que no tomamos.
Educación (y su derivada formación profesional, formación de habilidades, formación durante toda la vida) y trabajo se retroalimentan y potencian. Sin esta dinámica no es posible que la palabra queremos incluya a todos. Se trata de caminos paralelos con permanentes puntos de contacto y revisión, con requerimientos de rediseños recurrentes e implementaciones inmediatas. Necesitamos prueba y error, equivocarnos rápido y barato para garantizar educación inicial de calidad y acceso a la tecnología con eficiencia para quienes serán la fuerza laboral del futuro. Necesitamos acompañarlos y guiarlos en carreras que ya no tendrán caminos predeterminados, formatos únicos ni trabajo para toda la vida.
Ya nadie discute que organizaciones y trabajadores necesitamos flexibilidad. Sin embargo, nuestra región tiene mercados laborales rígidos y muchas de las reformas que están siendo objeto de debate no hacen grandes aportes al respecto. Muchas reformas nacen viejas; saldan deudas del siglo XX pero no crean una plataforma que nos permita abordar los trabajos del futuro, no contemplan las necesidades del siglo XXI (a propósito, el año próximo nos estaremos consumiendo el Q1 del siglo, necesitamos acelerar)
Uno de cada dos trabajadores de 11 países latinoamericanos relevados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) trabajaron de manera informal el año pasado. En países como Argentina, Chile y Ecuador la tasa creció; en otros decreció, pero partiendo de tasas altísimas. Según el organismo internacional la recuperación laboral post pandemia fue informal. Esto va en detrimento de la formación de competencias basadas en la demanda y por supuesto de la inclusión. Los marcos regulatorios actuales explican mucho de lo que ocurre por fuera de ellos.
Siguen las preguntas necesarias: ¿cómo darles espacio a las generaciones que vienen? ¿Cómo resignificar a las generaciones que se van? ¿Cómo pensar flexibilidad con formalidad y creatividad para salirnos de marcos obsoletos y concepciones retrógradas?
Queremos (¡y necesitamos!) un concepto de trabajo acorde a organizaciones que abracen la tecnología, centradas en la persona. En su esencia y su potencial sin distinciones de género, edad, orientación sexual, raza, religión ni ningún otro factor que no esté estrictamente ligado a su posibilidad de desarrollo. Atendiendo cada ciclo vital, comprendiendo y conociendo, el área de Personas podrá agregar valor a la hora de diseñar pools de talento relacionados con la organización a través de formatos diversos, a la medida de cada persona que conforme equipos de alto rendimiento.
Durante la presentación Estrategia regional de migración laboral y movilidad humana en América Latina y el Caribe 2023-2030, la OIT llamó taxativamente a promover la articulación entre servicios públicos y privados de empleo. La casuística indica que potencian la formación de habilidades que demanda el mercado laboral y generan un rápido acceso a trabajos formales. ¿Cómo es el trabajo que queremos para los migrantes? Hoy es precario, informal, sin formación y con menores ingresos.
La ratificación del C181 de OIT sobre agencias privadas de empleo es una necesidad urgente para desarrollar muchos de los trabajos que queremos. Esa ratificación correlaciona de manera directa con conceptos como formalidad, flexibilidad, inclusión, seguridad social, convivencia intergeneracional, salud, formación, pertinencia y trabajo decente
La tecnología es causa y es efecto. Es necesario promover también a las workertech como complementos exponenciales y tecnológicos de marcos regulatorios analógicos de baja velocidad de reacción. Hoy son quienes forman, brindan salud y niveles de protección social a trabajadores independientes a través de la tecnología.
El trabajo que necesitamos tiene derechos portables, no solo para desarrollar diversas formas de trabajo (temporales, trabajo de agencia, freelancers, contractors, independientes, por plataformas, etc) sino también portables entre países de la región. La movilidad es un elemento constitutivo de los trabajos que queremos. El concepto de trabajo remoto es una oportunidad para exportar conocimiento. Necesitamos potenciarnos como usina de talento global.
El trabajo que necesitamos necesita repensar un sistema de pensiones 4.0 que atienda a las diversas formas de trabajo y que contemple todas las particularidades demográficas.
Es claro que necesitamos una revolución educativa y laboral que acompañe a la revolución tecnológica. Esa revolución tiene que acompañar también a la revolución del envejecimiento poblacional y aprovechar la mayor plenitud física y cognitiva de nuestros ciudadanos. Es una revolución que tienen que gestarse muy rápido para aprovechar el bono demográfico y que tiene que atender varios frentes de alta complejidad a la vez.
Crear los mejores futuros posibles de trabajo es el trabajo mas trascendente de la historia de la región.
Los ingredientes están identificados. Es hora de poner manos a la obra y crear esa disrupción que termine de una vez por todas con la exclusión, que garantice igualdad de oportunidades y que potencie el talento para que la posibilidad del desarrollo sostenible sea real y con todos adentro.
https://insights.wecglobal.org/the-work-we-want/home/
Foto de Helena Lopes en Unsplash