¿Cómo queremos que sea el “nuevo normal” del trabajo en América Latina?

16, junio

Por Martin Padulla*   Estamos aislados, no encerrados. En todos los países de la región, se han perdido vidas ...

Por Martin Padulla*

 

Estamos aislados, no encerrados. En todos los países de la región, se han perdido vidas y se han preservado más. El aislamiento ha traído consecuencias económicas y emocionales muy importantes. El costo de cuidarnos sin dudas será muy alto

Tal como hemos planteado en la columna anterior, somos parte de un fenómeno social sin precedentes de carácter global. Un fenómeno asincrónico cuyo impacto no afecta a todos de la misma manera

Durante las últimas semanas me han preguntado cómo será el día después. Me parece interesante pensar acerca de dos conceptos: el primero es que no habrá un día después; el segundo es que el futuro no es un destino inevitable, se construye de manera individual y colectiva.

Esta etapa que nos toca atravesar nos ha mostrado la dificultad que tenemos para desarrollar proyectos sostenibles colectivos: el fenómeno más global de la historia, ha sido gestionado de la forma menos global que podamos imaginar. Descoordinación, poca colaboración, estrategias opuestas, ha sido lo que los ciudadanos del Mundo hemos recibido como respuesta de los Estados Nacionales

Una vez más, acaso mostrando como nunca antes lo lejos que se encuentran muchos Estados de la realidad, los privados fueron los que mostraron más colaboración, encontraron sentido y pertenencia en el compartir.

Recientemente en el sector del staffing, las tres empresas más grandes a nivel global presentaron una iniciativa conjunta para volver a trabajar de manera segura. Lo que no han podido hacer las grandes instituciones internacionales, lo han podido hacer tres CEOs comprometidos con el mundo del trabajo para que millones de personas en todos los continentes puedan desarrollarse cuidándose y cuidando

En un entorno de grandes incertezas, la innovación regulatoria no puede estar ausente. En este sentido hay que ser muy cuidadosos: la innovación regulatoria es lo opuesto a la intervención y a la tentación de pequeños dictadores que pretenden regular hasta las vidas privadas de las personas. Se trata de la posibilidad de pensar una región que está en proceso de transformación y que requiere promover activa y fuertemente al conocimiento, al emprendimiento y a la inclusión.

América Latina es diversa. Necesitamos potenciar esa diversidad no solo cuidando el planeta, respetando a todas las minorías, condenando cualquier tipo de discriminación, promoviendo igualdad de oportunidades sino también dándole entidad a distintas formas de adquisición de conocimientos y diversas formas de trabajo.

El mundo del trabajo ha cambiado para siempre. Las carreras laborales ya no se construyen bajo un único formato. La fuerza de trabajo se ha pixelado y las relaciones con las empresas se dan a partir de vínculos diversos: contratos por tiempo indefinido, temporales, a través de agencias privadas de empleo, a través de de plataformas, de manera autónoma, como freelancers, por citar sólo algunos.

Hemos descubierto que los mal denominados trabajadores atípicos han sido héroes en este periodo de pandemia. Muchas personas no han llegado a utilizar los sistemas de salud gracias a los servicios de los trabajadores de plataformas que hicieron posible que no salieran de sus casas. ¿Vamos a seguir mirando para otro lado? ¿O vamos a pensar en un mundo del trabajo diverso con derechos para todos los trabajadores más allá del vínculo contractual que detenten? La diversidad otorga libertad, dinamismo y progreso.

La vuelta a la normalidad del mundo del trabajo en América Latina seria alta tasa de informalidad, inaceptables ratios de desempleo joven, elevado desempleo general y exclusión. ¿Es esa la normalidad que queremos? 

Será necesario reactivar la economía generando buen clima de negocios, talento pertinente a través de diversas formas de adquirir conocimiento y diversas formas de trabajo que dinamicen un mercado laboral que necesitará de fuertes estímulos pero fundamentalmente señales claras de comprensión del siglo XXI.

Para nuestra región es una oportunidad única. Creo que más que preguntarnos por el día después deberíamos preguntarnos cómo queremos que sea el nuevo normal de América Latina, como diseñar un nuevo contrato social que basado en la libertad nos permita vincularnos mejor. 

En el escenario de las incertezas es posible mirar todo con nuevos ojos. Hay un espacio para la innovación, para intentar construir un marco básico que permita lidiar con ellas y salir mejores de esto. Es imprescindible aprovecharlo.

El costo que pagamos por este episodio de nuestras historias ha sido muy alto, deberíamos amortizarlo llenando de sentido este periodo. Repensando (nos)

 

*Sociólogo (USAL) MBA (UCA) : Founder & Managing Director staffingamericalatina, Founder #FOWiberoamerica y Co- Founder Emerging