Sebastián Zirpolo escribió una nota publicada recientemente en la revista Brando, sobre Aula 365 y su creador, Pablo Aristizabal.

Aula 365 es una red social generada hace 10 años para estudiantes que están en la primaria. Su propósito es brindar un nuevo paradigma de educación, donde los estudiantes se transformen en creadores de nuevos contenidos. Los ejes sobre los que trabaja Aula 365 son “participar, aprender, innovar y crear”.

Actualmente tiene 5 millones de usuarios repartidos por toda América Latina, quienes, a través de videojuegos, comics online y realidad aumentada, son impulsados a crear y compartir.

Según Aristizabal, los chicos tienen que sentir que están adquiriendo nuevas habilidades que sean tanto útiles como competitivas en la sociedad donde deben vivir, conocida como sociedad del conocimiento. En este sentido, establece que lo que suele verse como apatía por parte de los chicos no es un problema, ya que hay espacios y charlas que entusiasman e impulsan la participación de los chicos.

La propuesta de Aula 365 se basa en la idea de que muchas de estas habilidades –tecnología, innovación, colaboración, negociación- solo pueden aprenderse adecuadamente cuando se las pone en práctica.

Aristizabal propone una definición de Aula como el espacio, que puede estar en cualquier lado, donde se desarrollan conversaciones en torno a la currícula, se construye de manera conjunta y se festeja el conocimiento. Desde su perspectiva el trabajo correlacionado de miles de emprendedores que actúen como agentes de cambio, sustenten la competitividad de nuestra sociedad, se procuren trabajo para ellos mismos y sean multiplicadores de empleo es la base de la salida para la generación verdadera del desarrollo del trabajo en este siglo.

Uno de los objetivos de Aula 365 es generar emprendedores, entendidos en un sentido amplio, como personas que trabajan en distintos ámbitos pero que se caracterizan por ser innovadores y que actúan como agentes de transformación en el área donde se desenvuelven, buscando oportunidades constantemente.

Además, Aristizabal apunta a generar un modelo de docente con imaginación y capacidad de asombro cuyo rol sea de facilitador, acompañando a los estudiantes en el proceso de aprendizaje y estimulándolos a desarrollarse, superarse y crecer.

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