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20, febreroPor Martin Padulla para staffingamericalatina Este artículo es para vos, que estás en el último año de tu educación secundaria. Te voy a necesitar activo. No se trata ...
Aunque es obvio que estamos lejos de dejar atrás este acontecimiento histórico, muchos parecen ignorarlo. Es tiempo ...
Aunque es obvio que estamos lejos de dejar atrás este acontecimiento histórico, muchos parecen ignorarlo. Es tiempo de establecer prioridades e ir por reformas estructurales para evitar otra década perdida
Por Martin Padulla para staffingamericalatina
No terminó. La primera crisis que todos los seres humanos del planeta experimentamos de manera simultánea con alguna consecuencia, ya sea por el virus, por las cuarentenas, por aspectos sanitarios o económicos, sigue siendo parte de nuestras vidas.
El Mundo se está reconfigurando. El crecimiento de China se ha acelerado durante la pandemia. Vamos hacia un escenario de bipolaridad muy diferente a la vivida durante la denominada Guerra Fría. El comercio entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética en el mejor año equivale a las cifras que hoy comercian en un día Estados Unidos y China.
La interconexión es total. Las consecuencias de la crisis, diversas.
Para América Latina es la peor crisis en 120 años. La región es la más golpeada del Mundo. En los últimos días del año pasado, el Director Regional de la OIT, Vinicius Pinheiro aseguró: “hemos retrocedido 10 años en los últimos 10 meses”.
Un estudio elaborado por Eurasia Group plantea que “a medida que emergen de la pandemia, los países de América Latina enfrentan los problemas políticos, sociales y económicos que ya estaban enfrentando antes de la crisis”.
Sólo tres países de la región tendrán un efecto rebote significativo: Perú (9%), Panamá (5,5%) y Bolivia (5,1%). Para todos, la incertidumbre será altísima. La tasa de desempleo se elevará al 11%. Más de 2.7 millones de empresas cerraron sus puertas. La tasa de desempleo joven triplica en varios países la tasa de desempleo general. Jean Gough, Directora Regional de Unicef manifestó que “nunca antes se había visto a tantos niños y niñas afectados simultáneamente por múltiples emergencias en tantos países”.
El denominador común de todas las variables proyectadas fue que estaban sujetas a revisión por la posibilidad de una segunda ola que hoy parece ser una certeza.
En este estado de cosas, las reformas estructurales lucen imprescindibles y urgentes. Dejamos atrás el denominado “annus horribilis” pero los desafíos continúan y cada día que pasa son más acuciantes. En un año de elecciones legislativas en Argentina y México y elecciones presidenciales en Ecuador, Perú y Chile, con una clase política enfocada más en campañas electorales que en gestionar, no hay margen para populismos de izquierda o derecha. Necesitamos trabajar en la creación de un buen clima de negocios a través de estímulos para potenciar la iniciativa privada y construir talento pertinente, incrementar la igualdad de oportunidades a través de diversas formas de adquisición de conocimiento y diversas formas de trabajo formal, modernizar todos nuestros marcos regulatorios para hacer frente a esta crisis sin precedentes. Cualquier otro tema en la agenda de los legisladores latinoamericanos luce imprudente, poco prioritario y muy alejado de una eficiente gestión de la realidad.
“Quienes hacen home office son los que en primer lugar tienen home (casa) y los que en tiempos normales cumplen tareas dentro de oficinas formales. Un porcentaje reducido dentro de la región” señala el economista especializado en educación y trabajo, Gabriel Sanchez Zinny
Si no logramos transformar nuestro modelo de desarrollo, los riesgos de consolidar una década perdida son muy altos. No podemos continuar auto engañándonos; el crecimiento de la región en 2019 fue del 0,1%, el peor entre las principales regiones emergentes, incluso el promedio entre 2009 y 2019 fue el más bajo desde la nefasta “década perdida” 1980-1990. Este era el escenario antes de que el vocablo COVID tuviera algún sentido para nosotros.
“Nos preocupa que la región pueda salir de esta crisis más endeudada, más pobre, más hambrienta y con alto desempleo. Y sobre todo, enojada” señalo Alicia Bárcena, secretaria General de CEPAL.
Todavía muchas personas creen que la creación de riqueza depende de los recursos naturales, la inversión y el trabajo físico. Incluso algunas de ellas llegan a presidentes. Robert Solow, Premio Nobel de Economía en 1987 pudo probar que los factores clásicos de producción explican sólo el 15% de la riqueza y que el 85% proviene de la innovación.
Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001, preocupado por la desigualdad, cree que lo que gana un agente económico lo pierde otro, un juego de suma cero. Adorado por muchos populistas latinoamericanos, establece una visión que fue común hasta el siglo XVII. Hasta ese momento, el tamaño de la economía no variaba significativamente de generación en generación. Desde ese entonces, los avances de la Humanidad han sido revolucionarios y en el siglo XXI han tomado una velocidad inédita. Seguir debatiendo como repartir la torta es convalidar la idea de que la torta será cada vez más chica. Darle mucha fuerza a la preocupación planteada por la Secretaria General de la CEPAL.
Transformar el modelo de desarrollo hacia uno más dinámico, formal, sostenible e inclusivo es la oportunidad. La demanda de reformas estructurales para poder transitar el siglo XXI deberia ser muy fuerte. De la ciudadanía latinoamericana dependerá evitar la posibilidad cierta de un “decennium horribilis”