Si lo que queremos es desarrollar organizaciones centradas en las personas, es crucial abolir el concepto de Recursos Humanos. Un cambio de paradigma es imprescindible. El desarrollo sostenible indefectiblemente será humanista.
Por Martin Padulla para staffingamericalatina
Es cierto. Suena un poco fuerte. Lo sé. Estarás pensando “¡encima usa la palabra abolir!”. Otro estimado lector podría decir “me pone incómodo leer ese título”. Para otro, puede generar enojo … ” ¡pero como se atreve! ¡El área clave de la empresa!”
Seguramente cuando explique mi deseo, podrán encontrar más sentido a semejante afirmación y observar que, detrás, hay una idea muy potente. Pero utilicé esa palabra y no me quiero escapar. Me voy a distraer unos segundos del desarrollo del concepto justamente para no hacerme el distraído con lo que genera la palabra abolir.
Urmila Bhoola ha sido experta de Naciones Unidas en un área que muchas personas que corren en el medio de la superficialidad postmoderna, desconocen, niegan o suponen que no existe: ella es experta en formas contemporáneas de esclavitud. Según la OIT, en pleno siglo XXI, 40 millones de personas en el Mundo están esclavizadas. Así de claro, así de intolerable. Quiero contarte esto porque si la palabra abolir te resulto fuerte, debes saber que en esta hermosa región en la que vivimos, en la que se abolió la esclavitud entre 1803 y 1888 (Brasil fue el último país en el Mundo que lo hizo), todavía HOY existen personas luchando por su libertad.
Erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas para 2030 así como poner fin al trabajo infantil en todas sus formas para 2025, son parte de los Objetivos de Desarrollo sostenible acordados por todos los estados miembros de la ONU en 2015, incluidos desde ya los estados latinoamericanos.
Dicho esto, quiero que sepas que se entiende tu incomodidad. ¡Y se comparte! Es que el lenguaje interpela; existen palabras que sensibilizan porque remiten a situaciones inaceptables, a hechos aberrantes.
En la esclavitud, en el trabajo forzado, existe uso y abuso de personas privadas ilegalmente de la libertad. Esto inmediatamente genera rechazo generalizado.
Por el contrario, existen otros vocablos que cuentan con mucha aceptación por parte de las sociedades. Sin embargo, cuando se analizan en profundidad, deberían llevarnos a hacernos algunas preguntas.
En muchas organizaciones de la región se utiliza con absoluta naturalidad el termino Recursos Humanos. Es muy interesante analizar el vocablo recurso. La Real Academia Española no lo asocia con individuo alguno. Un recurso es un instrumento, un medio. Alude a algo material, instrumental, que se vincula con las ideas de uso, de aprovechamiento, de costo.
Con las cosas existe una relación de uso. Los recursos se tienen. Una dinámica muy diferente se da con las personas. Con las personas se es, se convive. Si un recurso en una empresa es un objeto, la persona que trabaja es un sujeto; un sujeto que tiene recursos, valiosos, transformadores (para bien o para mal). Las organizaciones se nutren de esos recursos a través de las personas.
La objetivación de la persona ofrece una mirada del mundo del trabajo muy antigua y además, cuestionable. El contexto BANI de alta fragilidad, ansiedad, no linealidad y permanentes situaciones incomprensibles, exige centrarse en las personas. La Cuarta Revolución Industrial tiene pocos parámetros industriales puros; es la revolución digital acelerada post COVID con convergencia tecnológica y el envejecimiento poblacional. Es la era de la convivencia, del respeto por la individualidad, de la Inteligencia Artificial en interacción con la Inteligencia o la Estupidez Humana.
Los hábitos lingüísticos en muchas ocasiones son síntomas importantes de sentimientos no expresados. Hablar de Recursos Humanos es un anacronismo vergonzante. Recursos Humanos es un oxímoron sin la belleza poética de silencio atronador, instante eterno o fuego helado
¿Es posible abrazar la era de la diversidad en una organización que concibe a las personas que trabajan en ella como recursos humanos? ¿Es viable el desarrollo de una persona en una organización que la considera como un instrumento? ¿Son las personas un costo a maximizar? ¿Los derechos humanos pueden aplicarse a una cosa?
En otras organizaciones se utiliza el termino Capital Humano, un concepto que esta relacionado con las inversiones que se realizan en los trabajadores con el objetivo de que puedan producir más. Seguimos hablando de recursos, seguimos en un paradigma pseudo fordista. Las inversiones en capital humano son fundamentales e imprescindibles, pero gestionar personas tiene una complejidad mucho mayor. Esa complejidad está relacionada con la cercanía, la empatía, la contención, el diálogo, el acompañamiento, la confianza, la comunicación, la flexibilidad, el entendimiento, la libertad.
Una organización centrada en las personas es aquella que cuenta con un área estratégica de negocios que concibe a quienes agregan valor a través de diversos formatos como sujetos, únicos e irrepetibles. Individuos que no son, están siendo; personas que en libertad eligen desarrollarse alineados a un propósito compartido.
El desafío de las organizaciones centradas en las personas es diseñar un pool de talento diverso que aprenda a desaprender para reaprender en torno a un propósito transformador masivo. Ese pool se puede conformar bajo diversos formatos de trabajo, en diferentes lugares del Mundo.
Se trata de crear la dinámica en la que la creatividad y la innovación exploten en beneficio de todos.
Es asumirse como agente de cambio por y gracias a las personas que le dan vida y forma a esa organización. No se trata de cambiarle el nombre a una gerencia; se trata de un cambio de paradigma, de un verdadero cambio cultural.
Es lamentable que en pleno siglo XXI todavía existan muchas organizaciones que conciban a los humanos como recursos. Poner en el centro de la organización la dimensión estrictamente humana será la verdadera diferencia.
Mi deseo para el 2024 es que personas y organizaciones, juntas, impacten y transformen y que las diversas formas de trabajo se consoliden como un gran símbolo de la libertad.
No tengo dudas de que la revolución digital como medio hacia el desarrollo sostenible, será humanista o no será nada.
Que así sea. Feliz Año Nuevo!
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